En primer lugar: poseía capital disponible para invertir. Del cual procedía de sus actividades en ultramar y además obtenía importantes botines del pirateo de los barcos ingleses a potencias como España y Portugal.
En segundo lugar: poseía una red de comunicaciones más rápidas que otros puntos del continente. La mentalidad británica era más práctica y emprendedora. Además contaba con una burguesía activa y dispuesta a invertir en territorios incultivados y que por derechos de herencia tampoco se podían vender.
Por último: Inglaterra poseía de una red comercial internacional que le proveía de materias primas y le proporcionaba mercados.
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