viernes, 25 de mayo de 2012


La aparición del ferrocarril y del barco de vapor estimuló extraordinariamente la demanda de hierro. La fabricación de vías, locomotoras, vagones y barcos disparó definitivamente la industria siderúrgica.
Las innovaciones introducidas a lo largo del siglo XVIII se realizaron en dos campos: la mejora de la combustión en el carbón y la mayor calidad del producto final en el hierro.

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